Somos adolescentes o adultos, no los “eternos niños”.
Experimentamos todas las emociones como tú y no siempre estamos felices.
Soy una persona, no un “angelito”.
Las personas con síndrome de Down normalmente son categorizadas como felices, angelitos y/o los eternos niños. Sin embargo, ellos crecen, se desarrollan y viven las mismas etapas que cualquier otro ser humano, por eso hay que evitar etiquetarlos y simplemente dejarlos vivir cada etapa de su vida.
Al convivir con una persona con síndrome, ponte en sus zapatos y pregúntate a ti mismo: A su edad, ¿Cómo quisiera que me trataran?, ¿Qué actividades me gustarían?, etc.
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